Peña rocosa del castro de Sardea |
Muy cerca de Pamplona, junto a Añézcar, en el municipio de
Berrioplano, se levanta sobre el llano el monte Ezkidi. La situación
estratégica del monte Ezkidi es privilegiada, ya que controla el
acceso noroeste a la Cuenca de Pamplona. Prueba de ello es que aun
hoy es lugar de paso obligado. Así, el monte Ezkidi se encuentra
entre la carretera nacional y la autovía que llevan a San Sebastián
y a Vitoria. En su cima y ladera este se encuentra el castro de
Sardea.
Además las posibilidades de defensa y fortificación de Ezkidi se
ven incrementadas por los cortados rocosos que protegen la cima y la
parte superior del monte. La cima es sólo fácilmente accesible por
el este, estando protegido el flanco norte, sur y oeste por
precipicios de decenas de metros.
Esto hacía al monte Ezkidi ideal para el establecimiento de un
castro de la Edad del Hierro y posteriormente de un castillo
medieval. Por todo esto el castro del castillo de Sardea es un
excelente ejemplo de conjunción de poblado ubicado estratégicamente
en lugar de paso con unas excelentes posibilidades defensivas
naturales.
El castro de Sardea con sus 3,5 hectáreas de extensión es un castro de medianas dimensiones pero que fue uno de los más importantes de la Cuenca de Pamplona. De hecho era uno de los castros clave para la defensa de la Cuenca de Pamplona junto con los castros de Irulegui e Irunzu. Fue descubierto en los años 90 del siglo XX por Amparo Castiella y su equipo de la Universidad de Navarra.
El castro de Sardea con sus 3,5 hectáreas de extensión es un castro de medianas dimensiones pero que fue uno de los más importantes de la Cuenca de Pamplona. De hecho era uno de los castros clave para la defensa de la Cuenca de Pamplona junto con los castros de Irulegui e Irunzu. Fue descubierto en los años 90 del siglo XX por Amparo Castiella y su equipo de la Universidad de Navarra.
Del castro de Sardea quedan hoy quedan pocos restos estructurales.
Pero si podemos todavía apreciar un gran terraplen que esconde la muralla que protegía el
poblado que se encuentra a media ladera, en la línea de nivel de 600 m.
Gran terraplén de defensa del castro de Sardea |
Asimismo a partir del terraplen y hacia la cima encontramos
una serie de escalonamientos que probablemente son aterrazamientos
para preparar la inclinada ladera para la construcción de las casas.
Otra vista del terraplén de defensa de la muralla del castro de Sardea |
También en algunos puntos podemos ver paredes de roca talladas
también artificialmente que formaban parte de las estructuras
defensivas del poblado. Una de esas paredes parece formar parte de
una segunda línea defensiva que se encontraba más cerca de la cima,
a la altura aproximada de 620 metros.
Pared de roca cortada artificialmente en el foso de la cima |
Junto a la cumbre de Ezkidi podemos ver un gran foso que corresponde
al antiguo castillo medieval que se encontraba la misma cima. Hoy
apenas queda nada del castillo medieval a falta de que se realicen
las excavaciones arqueológicas oportunas que podrían sacar los
cimientos de la fortaleza y quizás también de la ermita moderna que
aquí se levantó.
Foso del castillo de Sardea |
Lo que si es visible en la cima son los soportes de un antiguo toro
de Osborne, soporte publicitario que aprovechaba precisamente la
buena visibilidad de la cima de Ezkidi para todos los que acceden
tanto por la carretera nacional como por la autovía a la Cuenca de
Pamplona por su entrada noroeste. Hace ya tiempo el toro fue retirado
pero que duda cabe que su instalación pudo afectar los niveles
arqueológicos.
Soportes del toro de Osborne en el monte Ezkidi |
Lo más destacable de la cumbre de Ezkidi es el gran cortado rocoso de decenas de metros de caída a plomo que cierra el castro por el noroeste, haciéndolo por este lugar inaccesible.
Cortados rocosos de la cima de Ezkidi |
Desgraciadamente, la erosión, las lluvias y los movimientos sísmicos
han provocado qué parte de la cima se haya desprendido lo cual
probablemente haya perjudicado los niveles superiores tanto del
castillo medieval como los posibles restos arqueológicos de la Edad
del Hierro. Si nos asomamos, siempre con cuidado, al borde del
precipicio, podemos ver grandes rocas que se desprendieron caídas
en la base de la peña.
Como es habitual en este tipo de castros las panorámicas son
excelentes. Desde la cima vemos perfectamente como el castro
controlaba visualmente la entrada noroeste de la cuenca de Pamplona.
Por el norte domina la salida del corredor de la Barranca. Y a pocos
kilómetros al sur vemos Pamplona. Cualquier ejército que entrara
por aquí podía ser inmediatamente detectado y Pamplona podía ser
avisada inmediatamente.
Mar de nubes desde la cima de Ezkidi. Se aprecia la sombra de la peña sobre las nubes. |
En las prospecciones superficiales de Ezkidi han aparecido cerámicas
de la Edad del Hierro y medievales, pero lo más importante han sido
los numerosos glandes o proyectiles de honda del siglo I a.C. Según Javier
Armendáriz es muy posible que
el castro de Sardea fuera destruido y abandonado precisamente durante
las guerras sertorianas. El castro defendió probablemente el bando Pompeyano siendo los afines a Sertorio quienes acabaron con este emplazamiento clave para el control de la Cuenca de Pamplona.
Proyectiles de honda encontrados en el castro de Sardea. Fuente: ver bibliografía. |
Bibliografía:
Armendáriz Martija, Javier:De aldeas a ciudades. El poblamiento durante el primer milenio a.C.
en Navarra
Gobierno de Navarra, Departamento de Cultura y Turismo, Institución
Príncipe de Viana, 2008, Trabajos de arqueología navarra.
Monografías arqueológicas
© Julio Asunción