Es esta una ruta larga, de casi veinte kilómetros de longitud, pero con grandes atractivos. Para los que no quieran afrontar tan larga caminata al completo, la ruta puede dividirse en tres partes, especificada cada una de ellas en diferentes artículos de este blog: la Cueva de los Moros, la Foz de Benasa y Dólmenes de Navascués. La ruta completa, con las tres partes, se puede hacer en el mismo día, si bien ello exigirá unas seis o siete horas de caminata. Nos acercaremos primero a la Cueva de los Moros, cueva de enterramiento y habitación prehistórica. Después atravesaremos la Reserva Natural de la Foz de Benasa, una de las foces más desconocidas y mejor conservadas de Navarra. Por último, si queremos ampliar más la ruta disfrutaremos de paisajes sobre el Almiradio de Navascués al tiempo que visitaremos algunos de los mejores dólmenes de la zona.
(Km. 0,00) Dejamos el coche en el pueblo de Navascués, en la plaza del Almiradio.
(Km. 0,570) Bajamos por el caserío hacia la carretera. Una vez en la carretera empezamos a andar por ella en dirección a Pamplona. A doscientos metros tomamos una pista de tierra que, a la izquierda de la carretera, avanza paralela a esta.
(Km. 1,400) La pista de tierra acaba en un helipuerto. Atravesamos el helipuerto y seguimos por pista de tierra que sale del otro lado de la pista de aterrizaje.
(Km. 1,630) Poco más adelante llegamos a una explanada de tierra que está habilitada como aparcamiento y punto de entrada de la reserva natural de la Foz de Benasa.
(Km. 1,760) Unos metros más adelante llegamos al área recreativa, con piscina fluvial de uso en verano. Cruzamos el cauce por la pasarela de la piscina y tomamos hacia la izquierda la pista que pasa junto a las mesas del área recreativa.
(Km. 2,500) Bifurcación. Seguimos por la derecha.
(Km. 2,760) Llegamos a la Foz de Benasa. Es pintoresca la entrada. Un paso estrecho de unas decenas de metros entre paredes rocosas que hace honor a la belleza natural que encontraremos guardada en el interior de la Foz.
(Km. 2,850) Cuando acaba el pasillo rocoso se abre un poco la foz. Aquí, hay un pequeño escalón pétreo. A la derecha parte un camino ascendente. Este camino lo cogeremos para recorrer la foz. Por ahora lo dejamos pues vamos a subir primero a la Cueva de los Moros.Si nos fijamos bien, a la izquierda, sale otro estrecho sendero que sube por la ladera contraria a la del primer sendero. Es el que nos va a llevar a la Cueva de los Moros.
(Km. 3,080) La subida a la cueva es empinada. El sendero transcurre entre vegetación que roza nuestros brazos, tal es su estrechez. Pero sin pérdida nos lleva a uno de los atractivos principales de esta ruta: la Cueva de los Moros.
La cueva fue investigada por Maluquer de Motes. La Cueva de los Moros fue utilizada en la Edad del Bronce como cueva funeraria. El nombre seguramente le viene de la creencia de que las calaveras y demás restos humanos que eran abundantes en la cueva eran de moros, ya que hace no muchas décadas era habitual que el saber popular atribuyera ruinas y hallazgos de tiempos pasados a los mahometanos, recordando los tiempos de la Reconquista. Los enterrados aquí debieron ser decenas, sino centenares, ya que desde antiguo se sacaron huesos de la cavidad (incluso en el museo de Toulouse tienen calaveras procedentes de esta cueva). En las excavaciones Maluquer también encontró restos de hogueras en estratos inferiores a los enterramientos. La parte exterior y la primera sala de la cueva fueron usadas como lugar de habitación en el neolítico o incluso con anterioridad si bien seguramente como simple refugio de pastores o cazadores.
Es una aventura adentrarse en la cueva. No sólo por lo que impone entrar en la oscuridad absoluta, en lugares donde nunca ha llegado la luz del día. Esa sensación la tenemos en todas las cuevas. Pero en la Cueva de los Moros además entramos en una tumba. Una tumba prehistórica con enterramientos de hace más de 3.000 años. Por supuesto debemos de ir con varias linternas y pilas de repuesto. La cueva no es peligrosa de recorrer en sus primeras salas, pero hay que adoptar precauciones y también tener cuidado con los coscorrones en las partes más bajas de la cueva.
Para los amantes de lo misterioso he aquí una curiosidad. Saque con el trípode esta foto conmigo en la entrada de la cueva. Al examinarla, me llamó la atención esa extraña luz que aparece sobre mi cabeza. Seguramente fue un efecto óptico de la lente de la cámara, pero no deja de ser curioso. Lo cierto que antes saqué foto de la entrada de la cueva desde el mismo lugar (ver arriba) y no apareció esta curiosa luminaria. Igual hay que llamar a los de Cuarto Milenio para que lo investiguen ;-)
La entrada en pequeña. Cuando se descubrió estaba cerrada con piedras por las gentes que la habían utilizado como última morada de sus seres queridos. Todavía podemos ver que gran parte de la entrada está bloqueada con rocas. Las primeras salas no tienen gran dificultad, pues el desarrollo de la cavidad es horizontal. Las salas en las que podemos estar de pie (algunas superan los cinco metros de altura) están separadas por tramos bajos donde es necesario ir de rodillas.
Los restos humanos se encontraron en los primeros 65 metros de la cavidad, en las salas que llegan hasta un estrecho paso circular en la roca que separa dos salas.
Yo avancé casi un centenar de metros en la cueva. Lo dejé cuando la comunicación entre salas para seguir el recorrido obligaba a pasos difíciles que sólo se podían superar arrastrándose por pequeños huecos en la roca por los que casi no cabía (soy bastante corpulento con mis 186 cm. de altura y mis 90 kilos de peso). Otros más menudos y atrevidos podrán avanzar más.
Muy importante. Si visitas la Cueva de los Moros no dejes rastro de tu presencia, no pintes en las paredes ni dejes la más mínima basura. Luego nos quejamos de que se cierren las cuevas y no se puedan visitar. Si somos cívicos y disfrutamos de ellas sin dañarlas todos ganaremos. Gozaremos de estas joyas esculpidas por la naturaleza y conservaremos un patrimonio que es de todos.
(Km. 3,300) Tras visitar la cueva volvemos al cauce de la Foz. Aquí podemos acabar la excursión volviendo al pueblo por el mismo camino, pero también podemos recorrer casi en su totalidad la Foz de Benasa, Reserva Natural.
CONTINUACIÓN : LA FOZ DE BENASA
julioasuncion@hotmail.com