CUEVAS DEL MONTE OIANEDER O AMENASILLO (Valle de Erro)

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Tipo de ruta: Ida y vuelta.
Distancia: 1,500 Km.
Desnivel máximo: 26 metros.
Ascensión acumulada: 26 metros.

Las cuevas del monte Oianeder o Amenasillo nos ofrecen un entretenido paseo con el interés y el misterio que siempre nos ofrece una cueva. Su exploración no tiene peligro tomando unas mínimas precauciones. Son dos cuevas pequeñas pero muy diferentes. En la primera veremos algunas formaciones geológicas. La segunda, más interesante, es donde se han encontrado los restos de ocupación humana más antiguos del valle de Erro.

(Km. 0,00) A la altura del kilómetro 31,600 de la N-135 a poco más de 2 kilómetros de Erro y a 1 Km. de Lintzoain, a la derecha de la carretera hay un entrante del que salen un par de caminos. Aquí podemos dejar el coche. A la derecha hay un prado. A la izquierda sale una pista que va paralela a la carretera. Pero nos interesa la que va de frente, entre alambradas y se dirige hacia el rio.

 

(Km. 0,100) Cruzamos el riachuelo por un puente de cemento. Sólo treinta metros más adelante llegamos a un cruce de senderos. A la izquierda uno marcado con las marcas verdes y blancas de sendero local. De frente, subiendo, sale un sendero más ancho. A la derecha salen dos senderos. Uno, el que está más a la derecha, sigue la regata. El otro es el que tenemos que seguir. 

(Km. 0,400) El sendero avanza en dirección sur. Cuando empieza a girar en dirección este hay que ir pendiente para ver un pequeño frente rocoso a nuestra izquierda. En él, a seis o siete metros del sendero veremos la entrada de la primera cueva. A la misma se accede en fuerte pendiente pero no peligrosa. No tiene mucho recorrido pero podemos ver alguna formación interesante. Hay que tener cuidado al final pues parece que hay un sumidero del que debe ser difícil salir.

 

 

 

(Km. 0,620) Tras ver la primera cueva continuamos por el sendero. A nuestra derecha disfrutamos de buenas vistas del valle de Erro y de la localidad que le da nombre.

 

A doscientos metros de la cueva vemos a la izquierda un gran farallón rocoso. Allí está la segunda cueva. Pero para llegar a ella lo más fácil es seguir hasta un pequeño claro donde salen varios senderos poco marcados. Allí nos desviamos a la izquierda por un sendero que baja junto al río Erro.

(Km. 0,670) Empezamos a descender, pero enseguida, sin llegar al río, nos desviamos a la izquierda de nuevo y empezamos a ascender por senderos apenas marcados hacia la mole rocosa. Pronto veremos en el paredón la entrada de la cueva.

 

(Km. 0,770) Llegamos a la cueva. Quizás la primera es más interesante por sus formaciones geológicas, pero sin duda esta lo es por ser el yacimiento arqueológico donde se acredita la ocupación humana más antigua del valle de Erro. Frente a la entrada hay una pequeña plataforma donde pasarían buena parte del tiempo los habitantes prehistóricos de la cueva. La cueva está orientada al Sur, la mejor orientación posible para aprovechar la luz y tener la mejor temperatura, abrigada de los vientos del Norte.

 

Su boca, de 1,60 m. de ancho por 1,00 m. de alto es bastante pequeña. Da paso a un vestíbulo de tendencia circular de tres metros de diámetro. De aquí se pasa a una primera sala donde tampoco nos podemos levantar. De esta sala se pasa a la más profunda gateando. Hubo un detalle que me llamó bastante la atención. La roca entre las dos salas parece tallada artificialmente para facilitar el paso.

 

En la última sala nos podemos levantar sin problema. Es un habitáculo abrigado y bastante cómodo. La cueva continúa al fondo y a la izquierda de esta sala por un estrecho pasillo que parece tiene continuidad pero al que no accedí. Si alguien poco corpulento continúa la exploración o ya ha seguido este pasillo, le agradecería que me comentara como continua la cueva. 

Desde la entrada hasta el comienzo de este pasillo medí 17 metros de recorrido. No he encontrado mucha información de este yacimiento arqueológico, únicamente en un artículo de Patxi Ibarrola en la revista Forestal, por lo que si sabéis algo más sobre ella también os agradecería que me lo comunicarais para añadirlo al blog . Parece que no se han realizado excavaciones sistemáticas, pero que por lo menos ha sido habitada desde el Mesolítico (8.000 – 3.000 a.C). Pienso que incluso puede ser anterior su ocupación, ya que su ubicación me recuerda muchísimo a la de la cueva de Abauntz, con niveles Paleolíticos y que también podéis consultar en este blog. También aquí estamos en un saliente rocoso a unos metros sobre el río donde este hace un estrechamiento o cañon. Quizás en el futuro esta cueva del monte Oianeder nos de alguna sorpresa.

 

 

(Km. 1,500) Sólo queda volver por el mismo camino. También podemos hacer un pequeño desvío y descender desde la cueva hasta la orilla del rio Erro y disfrutar de este cañón que seguro conocieron perfectamente los antiguos habitantes de la cueva.

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tiempo Erro

CASTRO – CASTILLO DE IRULEGI (Laquidain, Valle de Aranguren)

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Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 3,350 Km.
Desnivel máximo: 214 metros.
Ascensión acumulada: 242 metros.

El castillo de Irulegi no es solo uno de los castillos medievales más importantes de Navarra, sino que se asienta sobre un oppidum de la Edad de Hierro que debió ser el que jerarquizaba el territorio de la cuenca de Pamplona. Esta ruta lleva desde el caserío de Laquidain hasta el castillo-castro de Irulegi, donde todavía se aprecia algún tramo de la muralla protohistórica.

Desde esta atalaya de casi 900 metros de altura donde se encuentra el castillo, disfrutaremos además de unas vistas imponentes que abarcan decenas de kilómetros a la redonda

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(Km. 0,00) Según se llega al caserío de Lakidain, a la izquierda, hay una pequeña explanada donde se puede dejar el coche. Desde aquí parte una pista de tierra por la que empezamos a caminar.

A poco de empezar el camino encontramos un panel informativo de uno de los itinerarios forestales de Valle de Aranguren.

(Km. 0,220) A unos metros encontramos otro panel informativo de la ruta “Senda del Castillo de Irulegi”. Aquí nos desviamos a la derecha para tomar esta senda. Pasamos junto al cementerio.

 

 

El camino va ascendiendo entre bojes y pinos. Sale algún sendero secundario, pero nosotros seguimos el camino principal.

(Km. 0,500) Bifurcación. Seguimos por la izquierda, el camino que sigue en ascenso.

Empezamos a atravesar un bonito bosque de hayas con espigados ejemplares. En Irulegi y otros pueblos del valle de Aranguren están los hayedos más cercanos a Pamplona.

(Km. 0,660) Otro cruce. Seguimos por la pista principal, siempre subiendo.

(Km. 0,950) Aquí hay que tener cuidado. Cuando la pista se nivela y los pinos vuelven a dominar el paisaje después de la fuerte ascensión, y antes de que la pista empiece a descender, a la izquierda sale un sendero más estrecho que hay que tomar.

(Km. 1,170) El sendero enlaza con una pista de tierra que sigue en ascenso.

(Km. 1,350) Nuevo cruce, seguimos a la izquierda. Unos metros más adelante ya tenemos ante nosotros la vista del Castillo de Irulegi. Atravesamos la explanada herbosa que en su día era parte del castro de la Edad del Hierro. Seguramente era utilizada como redil donde guardar el ganado, lugar de cultivo o dedicado a ambas actividades. El núcleo poblacional debió estar en la parte más alta, donde ahora está el castillo.

 

 

(Km. 1,560) Llegamos a un panel informativo sobre el castillo de Irulegi. Unos metros a la derecha vemos unos restos de muro que seguro corresponden a la antigua muralla que protegía el castro (tal como identificó el profesor Javier Armendariz). Este cerco exterior al castillo medieval es en realidad la muralla de la Edad del Hierro. Un poco más arriba vemos los restos del foso medieval.

 

 

(Km. 1,760) El castillo de Irulegi es uno de los pocos castillos medievales y de los mejores que quedan en Navarra. Conserva su torre principal de planta pentagonal y está reforzado con otras torres circulares en las esquinas.

 

 

Podemos apreciar el aljibe y muy curioso es el suelo enlosado con lajas de piedra. Muchas de las piedras que forman el castillo medieval son reutilización de las defensas del oppidum de la Edad del Hierro.

 

 

Las vistas que tenemos desde aquí ya nos dicen del gran valor estratégico de esta cima. Su gran control del territorio motivo la construcción del castillo y siglos antes que aquí se levantara el poblado de la Edad del Hierro más importante de la cuenca de Pamplona.

Este oppidum jerarquizó el poblamiento de la comarca pamplonesa. Eso significaba que su control era fundamental para quien quisiera hacerse con el dominio de la zona. Han quedado huellas de las batallas que los generales romanos Pompeyo y Sertorio libraron en este lugar en el siglo I a.C. en el contexto de las guerras civiles de Roma. Se han encontrado varios glandes o proyectiles de honda con inscripciones propagandísticas.

 

 

Desde la cima se aprecia el cerro, más bajo, donde estuvo el campamento de uno de los contendientes, el que asedió Irulegi. Es el monte Santa Cruz que se ve sobresaliendo de la llanura, hacia el Oeste. En este blog también tienes la ruta para su visita.

 

 

Otros hallazgos importantes son una placa de bronce con inscripción ibérica y dos monedas iberas acuñadas por la ceca vascona Tirzoz.

 

 

En la Edad Media el castillo también tuvo su protagonismo en las guerras del Reino de Navarra contra Castilla de finales del siglo XIV y siglo XV.

A finales del siglo XV fue derribado por los agramonteses ya que el castillo había estado dominado durante tiempo por los beaumonteses en el marco de las luchas intestinas entre estas dos facciones de la nobleza navarra.

En la cima también hay un buzón montañero. Esto nos recuerda que Irulegi es una cima de primera categoría en Navarra, puntuable para el concurso de los 100 montes.

 

En vez de bajar por el mismo sitio al pueblo, buscamos un camino que nace por el lado contrario al que hemos llegado, en la parte sureste del castillo. El camino es más empinado que en la subida. Esto incrementaba la defensa natural de castro y castillo por este flanco.

(Km. 2,140) Salimos a un campo de cereal. Hay que empezar a bordearlo por la izquierda y en unos metros damos con una pista que hay que seguir en descenso.

(Km. 3,350) Sólo queda seguir la pista hasta el pueblo. En el siguiente vídeo te puedes hacer una idea de Laquidáin. Su monumento principal es la iglesia.

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CASTRO DE URRI – EURRI (Ibiricu, Egües)

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Tipo de ruta: Ida y vuelta
Distancia: 4,300 Km.
Desnivel máximo: 152 metros.
Ascensión acumulada: 152 metros.
 

El castro de Urri o Eurri, que de las dos formas se conoce el cerro testigo donde se encuentra, está a 1 Km. al sur de Ibiricu. Lo más interesante del mismo es la rampa perimetral que llevaba a la entrada del poblado, que transcurría a los pies de las murallas. De las murallas queda el terraplén de tierra y algunos derrumbes de piedras. Además desde el castro de Urri disfrutaremos de estupendas vistas sobre la cuenca de Pamplona.

(Km. 0,00) La caminata empieza en el pueblo de Ibiricu que se encuentra a 10 kilómetros de Pamplona, en la carretera que lleva a Aoiz. Aparcamos en el pueblo y descendemos por una calle cercana al frontón hacia la parte baja del pueblo.

(Km. 0,260) Salimos del pueblo por una pista de cemento que cruza un arroyo y pasa por debajo de la carretera principal.

 

 

(Km. 0,630) Un poco más adelante nos desviamos de la pista principal a la izquierda. En la cumbre del cerro testigo cercano que vemos al sur está el castro de Urri o Eurri.

(Km. 0,800) A menos de 200 metros nos desviamos a la derecha para afrontar la pista que inicia la ascensión al poblado de la Edad del Hierro.

(Km. 1,250) La pista se interna en el pinar de repoblación que cubre las laderas del cerro.

(Km. 1,400) Seguimos ascendiendo continuando por la pista principal, a la izquierda. La vegetación va cambiando a boj y roble.

(Km. 1,700) Llego a la cima del cerro. A la izquierda se sube a los campos cultivados que cubren parte del recinto del castro. Esta entrada es moderna, ya que aquí habría en su día muralla. A la derecha sale el camino que a modo de rampa perimetral sigue a los pies de lo que debieron ser las murallas del poblado de la Edad del Bronce. Este camino rodea totalmente el cerro salvo por su lado norte y era un buen método de defensa. La entrada al poblado era la parte más expuesta a los atacantes. Con este recorrido a los pies de las murallas, los atacantes estaban expuestos a las armas arrojadizas de los defensores en el recorrido para ganar el punto de acceso al poblado. Este camino perimetral de aproximación a la entrada del castro probablemente es el mejor conservado de todos los castros de Navarra, aunque en algunos puntos los movimientos de tierras por las labores agrícolas ha creado accesos falsos, como el que encontramos en el punto en el que empieza el camino perimetral.

 

 

(Km. 2,120) Recorremos la rampa rodeando lo que debió ser la muralla defensiva que queda a nuestra izquierda. En algunos puntos vemos alguna que otra piedra que se ve entre la vegetación que ha crecido en el terraplén. En la parte sur del poblado, cuando la rampa gira hacia la izquierda, podemos apreciar varios derrumbes de piedra y algunas grandes rocas que sin duda formaban parte de la muralla defensiva.

 

 

 

 

Desde esta parte sur, la más alta del poblado se tienen grandes vistas de la ciudad de Pamplona. El castro dominaba visualmente el paso desde la Cuenca de Pamplona a la de Aoiz.

 

 

Parece que en la parte más alta debieron de estar las casas. Hoy no queda nada de ellas debido a lo perecedero de los materiales con las que estaba hechas, adobe y vegetación. La parte más baja de la cumbre debió dedicarse a redil del ganado, ya que en ella se han encontrado menos restos arqueológicos.

(Km. 2,500) Continuamos por la rampa perimetral circunvalando el poblado hasta su final. En Algunos puntos está desmontado el terraplén defensivo por las labores agrícolas. El camino de aproximación acaba con una ligera cuesta que nos lleva a la parte cimera del cerro, por la parte que hemos dicho que debió dedicarse a redil de ganado, hoy cultivada. Aquí debió estar la entrada al poblado prehistórico. Más de 700 metros de camino bajo las defensas del poblado para llegar a este punto dificultaría enormemente el asalto a cualquier atacante.

 

 

Rodeamos el campo de cultivo por la derecha y apreciamos la extensión que tenía el castro, unos 32.000 metros cuadrados.

 

 

(Km. 2,660) Abandonamos el castro por la entrada moderna al campo de cultivo, la que está cercana al comienzo de la rampa perimetral. Aquí hay una caseta de piedras en ruinas. Esta caseta se debió de levantar con piedras que se sacaron de la destrucción de esta parte de la muralla.

(Km. 4,300) Sólo queda desandar el camino para volver a Ibiricu. Allí merece la pena acercarse a la iglesia gótica de San Juan Bautista. Delante de la misma me llamó la atención una estela que está frente a la entrada. En un lado tiene un símbolo parecido al del “dólar”, en el otro lado un motivo que he visto representado habitualmente en mosaicos romanos.

 

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tiempo Ibiricu

DOLMENES DE ARTAJONA

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Ver DOLMENES DE ARTAJONA Y CASTRO DE EL DORRE en un mapa más grande

Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 1,930 Km.
Desnivel máximo: 60 metros.
Ascensión acumulada: 65 metros.

Esta ruta lleva a conocer los dólmenes mejor conservados y de estructura más compleja de Navarra. El Portillo de Eneriz y La Mina son dólmenes de corredor, con cámara funeraria y pasillo de piedras separados por una piedra tallada. Construidos hace milenios, hoy todavía asombran al que se acerca a ellos por sus piedras de varias toneladas de peso. Al gran atractivo que dan a la ruta estos monumentos prehistóricos se añade un menhir y las panorámicas desde la cima cercana de Egastiaga. Además se ven otros dos posibles menhires que no me constan que estén catalogados hasta el momento.


   
A las afueras de Artajona, en la carretera que lleva a Pamplona, vemos la indicación que lleva a los dólmenes. Tras algo más de cuatro kilómetros de recorrido por una pista de tierra en bastante buen estado llegamos al aparcamiento donde comienza el recorrido. Aquí hay un panel informativo sobre los dos monumentos megalíticos.

 

 

(Km. 0,00) Desde el aparcamiento tenemos varias opciones. Muy cercano está el dolmen de Portillo de Eneriz, pero nosotros vamos a empezar visitando el dolmen de la Mina. Tomamos la pista de la derecha, en la dirección que señala el poste indicativo que aquí encontramos. 

(Km. 0,520) Empezamos a andar sin ganar altura. A medio kilómetro hay que salirse de la ancha pista por la izquierda por un sendero que empieza en unos escalones de piedra. Un poste indicativo nos dice que quedan solo 250 metros hasta el dolmen de La Mina. Pero antes de empezar la subida por este sendero, sólo 15 metros antes del desvío, me llamaron la atención dos grandes piedras que están tiradas a pocos metros a la derecha de la pista. Aunque no las tengo en el catálogo de megalitos, me parece que pueden ser dos menhires desplazados por las labores modernas de labranza. Sobre todo el que está más al sur, con un acabado en punta que parece tallado. Este mide 1,91 metros de largo, por 0,93 m. en su parte más ancha y 25 centímetros de grosor. El otro mide 2,24 m. x 1,31 x 0,18. Si alguien sabe algo al respecto le agradecería que me lo comentara.

 

 

 

 

(Km. 0,590) Comenzamos el ascenso. A menos de 100 metros, a la izquierda, a un par de metros del sendero encontramos otro menhir, este más pequeño pero en pie. Tiene 1,15 m. de largo por 32 cm. en su parte más ancha.

 

(Km. 0,780) Llegamos al dolmen de La Mina con sus grandes piedras en parte cubiertas en su parte exterior por el túmulo de piedra que antiguamente lo debió cubrir por completo. La cámara es más grande que la del dolmen de Portillo de Eneriz que visitaremos al final de la ruta. Contrasta el antiguo monumento funerario levantado por los habitantes prehistóricos del lugar con los modernos aerogeneradores que coronan la sierra.

 

 

 

Desde el dolmen seguimos el sendero por la derecha.

(Km. 1,100) Seguimos entre cipreses y pinos hasta llegar a un cruce de senderos junto a unas grandes piedras. Aquí nos desviamos a la derecha para coronar la cumbre de Egastiaga.

(Km. 1,250) La cima está cerca de uno de los aerogeneradores. Desde aquí tenemos una excelente panorámica de las tierras que debieron dominar esos pastores y agricultores de hace más de 3.000 años. Hoy el cordal está ocupado por el parque eólico. Desandamos el sendero hasta donde nos habíamos desviado y continuamos en descenso hacia el aparcamiento y el otro dolmen.

 

(Km. 1,850) Llegamos al impresionante dolmen de Portillo de Eneriz. Se encuentra a pocos metros del aparcamiento, pero creo que es mejor dejarlo para el final para recrearnos en este monumento prehistórico. Me parece todavía más interesante que el dolmen de la Mina, por lo que podríamos calificarlo como el dolmen más importante de los conservados en Navarra.

 

 

Llaman la atención los pesados ortostatos que lo forman. Hay alguno que llega a 1,90 metros de altura. La puerta de entrada desde el pasillo a la cámara funeraria está separada por una piedra con abertura en forma de U, en la que podemos apreciar un rebaje en el que seguramente se encastraba un cierre de madera. Es posible que la cubierta de los dos dólmenes del recorrido fuera también de madera, ya que no hay rastro en los alrededores de ningún ortostato que pudiera tener esa función. Alrededor se aprecia el gran túmulo de casi tres metros de altura sobre el que se levanta el monumento prehistórico. Desde el dolmen se tiene una buena panorámica, destacando en el horizonte, hacia el sur, la población de Artajona con su muralla medieval.

(Km. 1,930) A pocos metros se encuentra el aparcamiento. La ruta se puede completar desde aquí con la que lleva al castro de El Dorre, de la Edad del Hierro, yacimiento prehistórico poco conocido.

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