La Piedra de Roldán |
La Piedra de Roldán (también conocida en euskera como Erroldan-arriya) es el menhir más conocido de Navarra. Ello se
debe en gran parte a que fue el primero que se descubrió. Fue en el año 1894
cuando Iturralde y Suit identificó este monolito como un menhir.
La Piedra de Roldán se encuentra en el Valle de Ata, cerca el pueblo de Madotz. En el siguiente enlace tienes una ruta senderista que lleva hasta la piedra y a otros monumentos megalíticos.
- Ruta megalítica que visita la Piedra de Roldán
La Piedra de Roldán se encuentra en el Valle de Ata, cerca el pueblo de Madotz. En el siguiente enlace tienes una ruta senderista que lleva hasta la piedra y a otros monumentos megalíticos.
- Ruta megalítica que visita la Piedra de Roldán
Además, aunque la Piedra de Roldán no sea el menhir más
grande y espectacular de Navarra, tiene una característica que le da
una importancia especial. En uno de sus lados podemos ver varias
marcas artificiales que seguramente tuvieron un simbolismo que hoy se
nos escapa para aquellos que las hicieron.
La tercera circunstancia que hace a este menhir tan conocido y mencionado en la bibliografía sobre el megalitismo de Navarra son las leyendas que lo rodean y que le han dado nombre. Se dice que el mítico caballero franco Roldán lanzó está enorme piedra desde el santuario de San Miguel de Aralar hacia el pueblo de Madoz para destruir el pueblo (no sabemos que le habrían hecho los habitantes de la villa). Por suerte al lanzar la enorme piedra su brazo se enredó en su capa lo que le hizo fallar el tiro quedando la gran piedra a medio camino. En otra versión de la leyenda se dice que el misil pétreo voló en dirección contraria, es decir que Roldán lanzó a piedra desde Madoz para destruir el santuario de San Miguel de Aralar. Seguramente las curiosas marcas grabadas en el menhir tienen mucho que ver con el origen de la leyenda. Se dice que las marcas son las huellas de los dedos de Roldán resbalando sobre la piedra en el momento en que la lanzó. Curioso sobre todo cuando las marcas que podemos ver son siete. Quizás Roldán tenía siete dedos... :-)
La tercera circunstancia que hace a este menhir tan conocido y mencionado en la bibliografía sobre el megalitismo de Navarra son las leyendas que lo rodean y que le han dado nombre. Se dice que el mítico caballero franco Roldán lanzó está enorme piedra desde el santuario de San Miguel de Aralar hacia el pueblo de Madoz para destruir el pueblo (no sabemos que le habrían hecho los habitantes de la villa). Por suerte al lanzar la enorme piedra su brazo se enredó en su capa lo que le hizo fallar el tiro quedando la gran piedra a medio camino. En otra versión de la leyenda se dice que el misil pétreo voló en dirección contraria, es decir que Roldán lanzó a piedra desde Madoz para destruir el santuario de San Miguel de Aralar. Seguramente las curiosas marcas grabadas en el menhir tienen mucho que ver con el origen de la leyenda. Se dice que las marcas son las huellas de los dedos de Roldán resbalando sobre la piedra en el momento en que la lanzó. Curioso sobre todo cuando las marcas que podemos ver son siete. Quizás Roldán tenía siete dedos... :-)
No es la de Roldán la única leyenda de la piedra prehistórica. También se dice que el que arrojó la piedra fue uno de los gentiles, gigantes de la mitología vasca. Quería destrozar con ella la catedral de Pamplona, símbolo del cristianismo que poco a poco se extendía por los pueblos de las montañas cambiando su mundo pagano. Pero el gentil resbaló en una boñiga de vaca de tal manera que el menhir cayó en el valle de Ata, muy lejos de su objetivo. Las marcas del menhir serían las huellas de los dedos del gigante.
Marcas en la Piedra de Roldán |
Otra interpretación que se ha dado sobre la funcionalidad de estas
marcas es que pueden ser debidas al afilado de herramientas en la
piedra por parte del hombre prehistórico. Sería un pulidor. Yo
particularmente no creo en esta interpretación ni tampoco su descubridor Iturralde y Suit. Seguro que los
humanos que ocuparon este valle en la antigüedad tenían muchas más piedras a su alrededor para afilar sus útiles sin necesidad de desplazarse hasta donde esta el menhir.
La Piedra de Roldán tiene una altura de 1,10 metros por 60 cms de anchura máxima. Es relativamente pequeña ¿o no?. El menhir guarda otro misterio bajo tierra. Iturralde y Suit excavó el monumento prehistórico al año siguiente de su descubrimiento, en 1895. El menhir continúa nada menos que dos metros más hacia el interior de la tierra. Iturralde y Suit acabó la excavación y la piedra todavía continuaba hincada en la tierra. Al acabar la excavación el menhir daba una longitud mínima de 3 metros. ¿Por qué los que levantaron el menhir enterraron su mayor parte en tierra? No era en absoluto necesario tanta profundidad para que el menhir se mantuviera en pie. Es muy probable que esto se deba a parte del ritual prehistórico que rodea a la Piedra de Roldán. Este dibujo de Iturralde y Suit ilustra perfectamente lo comentado en este párrafo.
Dibujo de la Piedra de Roldán por Iturralde y Suit |
Volviendo a la leyenda de Roldán, este
no es el único caso en que se relaciona un menhir con el sobrino de
Carlomagno. En Urroz-Villa hay otra Piedra de Roldán. En este enlace tienes más información sobre este otro megalito.
La Piedra de Roldán del Valle de Ata, este menhir
de varios milenios de de antigüedad, se encuentra en una antigua
ruta de peregrinación que llevaba el Santuario San Miguel de Aralar.
Ubicación de la Piedra de Roldán junto al camino que atraviesa el Valle de Ata |
Es muy probable que San Miguel de Aralar, que es uno de los
santuarios principales de Navarra, sea la cristianización de un
antiguo santuario pagano al que seguramente rindieron culto los que
levantaron aquí el menhir. De hecho hay un detalle que me
sorprendió: la orientación de la Piedra de Roldán. El menhir tiene
sección triangular. Su lado más agudo señala hacia el oeste, hacia
la puesta de sol. Pero esto no es todo. Lo más curioso es que al
mismo tiempo también señala hacia la cima de Artxueta. Artxueta es la cima más conocida de la
Sierra de Aralar que se encuentra a tan sólo a unos centenares de
metros del santuario de San Miguel de Aralar.
Vista hacia el oeste desde el monolito. El árbol tapa hoy la cima de Artxueta |
Si la disposición que
vemos hoy de la piedra coincide con la original, es decir, si su
orientación no ha sido variada con el tiempo, no me cabe duda que
esta disposición de la Piedra de Roldán no es casual. Es este
caso podría ser que el día del año en que el sol se ocultara sobre
Artxueta, el menhir fuera lugar de rituales, reuniones o
celebraciones de aquellos habitantes prehistóricos del Valle de Ata
y de la sierra de Aralar. Quizás el que el menhir esté en su mayor parte enterrado convertía a esta piedra en sagrada, en un tótem que comunicaba con las fuerzas internas de la Tierra. Pero eso, seguramente, nunca lo sabremos. Pero no cabe duda que la Piedra de Roldán es mucho más que una simple roca y que desde hace milenios guarda misterios que confieren una fuerza especial a este tranquilo y escondido valle de la sierra de Aralar.
© Julio Asunción
© Julio Asunción
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