El castro de Matacalza se encuentra en Mendigorría, justo en el límite con el término municipal de Larraga. De hecho, está más cerca del caserío de Larraga que del de Mendigorría, por lo que la ruta senderista que propongo para llegar a este yacimiento arqueológico, y cuyo enlace encontrarás más abajo, parte de las cercanías de Larraga.
El castro de Matacalza se encuentra en un cerro testigo que se levanta a tan sólo 195 metros del río Arga. Como otros castros de la Edad del Hierro tratados en este blog (como por ejemplo el más conocido de Las Eretas de Berbinzana), es muestra de la importancia estratégica que como vía de comunicación tenía el río Arga. Además sus aguas regaban las fértiles tierras que aprovecharon los pobladores de los castros cercanos al río.
Matacalza es uno más de los castros descubiertos y dados a conocer por Javier Armendáriz Martija.
El castro tienen dos recintos, ocupando una superficie total de 12.800 m². El recinto más pequeño tiene 3.600 m² y es donde estaban las cabañas del poblado. El segundo recinto seguramente se usó como corral para el ganado y para la realización de actividades económicas o artesanales.
El castro de Matacalza aprovecha los escarpes del cerro testigo donde se encuentra como defensa natural. Sólo es accesible por su flanco noroccidental.
Seguramente esta zona estaba defendida por murallas. Hoy no queda nada del recinto amurallado. Si se pueden ver en algunos puntos sillares que pudieron ser de la muralla o de alguna de las casas del poblado.
Sillares en el castro de Matacalza |
Pero lo que si ha dejado su huella en el terreno es un gran foso artificial que aisla el castro y que se dispone de un lado a otro de los escarpes naturales del cerro. El foso conserva en algunos puntos una profundidad que supera los 4 metros y una anchura entre 8 y 10 metros.
Foso del castro de Matacalza |
En el interior del castro no se aprecian restos de viviendas. Los cimientos de las mismas permanecen todavía enterrados a la espera de futuras excavaciones arqueológicas. Hoy el terreno donde se levantaban las casas está ocupado en su mayor parte por un pinar de repoblación. No obstante, si atravesamos el castro y nos asomamos a su flanco sur, nos daremos cuenta del gran control visual que este poblado de la Edad del Hierro tenía sobre la zona y disfrutaremos de excelentes panorámicas sobre el río Arga y las tierras de Lerga.
Panorámica desde el castro de Matacalza |
El cerro estuvo ocupado seguramente desde el Calcolítico. Eso parece indicar la aparición de una flecha de sílex de esta época.
Entre los materiales de la Edad del Hierro destaca la cerámica manufacturada y celtibérica además de los molinos de piedra tanto de tipo circular como barquiforme.
Parece ser, según se desprende de las catas efectuadas por el equipo de Javier Armendáriz, que el castro se abandonó de forma no traumática, es decir, que no fue destruido en alguno de los conflictos frecuentes en los últimos siglos del primer milenio antes de nuestra era. Es posible que los pobladores de Matacalza se trasladaran al cercano castro de Andelo, que está a poco más de 1 kilómetro de distancia. El castro prerromano de Andelo, con el tiempo se convertiría en una de las ciudades romanas más importante del territorio que hoy conocemos como Navarra.
En el siguiente enlace tienes el mapa y el track para gps de la ruta senderista que te acercará al castro de Matacalza.
- Mapa y ruta del castro de Matacalza
Bibliografía:
Javier Armendáriz Martija: De aldeas a ciudades. El poblamiento durante el primer milenio a.C. en Navarra. Gobierno de Navarra, Departamento de Cultura y Turismo, Institución Príncipe de Viana, 2008. Trabajos de arqueología navarra. Monografías arqueológicas; 2.
© Julio Asunción
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