Distancia: 1,3 Km.
Desnivel máximo: 50 m.
Desnivel acumulado: 79 m.
La cueva de Covalanas está incluida en el conjunto de cuevas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Es una de las cuevas con arte rupestre mejor conservado de Cantabria. Además, su ubicación, en un hermoso valle, la hace aun más atractiva. También es conocida como la cueva de las ciervas por ser la representación de este animal la más numerosa.
Esta ruta indica cómo llegar a la Cueva de Covalanas, pero además visita la Cueva del Mirón, otro yacimiento arqueológico de gran importancia. En la Cueva del Mirón apareció el enterramiento del Paleolítico superior más antiguo de toda la Península Ibérica. La Cueva del Mirón, a pesar de estar muy cerca de la cueva de Covalanas, pasa desapercibida a la mayoría de los visitantes del lugar. Fue ocupada por nuestros antepasados prehistóricos hace 41.000 años. Aquí es donde vivieron los que pintaron la Cueva de Covalanas. La Cueva del Mirón era el lugar de habitación. La Cueva de Covalanas era su templo prehistórico.
(Km. 0,00) A dos kilómetros del Ramales de la Victoria, en la N-629, en dirección a Burgos, a la izquierda está el desvío al aparcamiento donde comienza la ruta.
En el aparcamiento está señalada la pista que nos va a lleva a la Cueva de Covalanas.
(Km. 0,560) Tras algo más de medio kilómetro de subida donde superaremos 60 metros de desnivel,llegamos a la cueva. La cueva está abierta todo el año. Para más información sobre el régimen de visitas, horarios y precios, consultar en la página del Gobierno de Cantabria: http://cuevas.culturadecantabria.com/covalanas.asp
La visita guiada cuesta 3 euros (2.012) que bien merece la pena gastarlos para conocer este templo prehistórico. La cueva no es muy larga, sólo unos 200 metros de recorrido, Sorprende la excelente conservación de las pinturas y el naturalismo de la representación de los animales. Las ciervas son el animal más representado. También encontramos un bóvido pero sobretodo destaca un hermoso caballo de largas crines. Tuve la suerte de hacer la visita con una guía llamada Victoria, que además de hacer el recorrido muy ameno dio muestras de amplios conocimientos sobre el tema. La visita dura 45 minutos aproximadamente.
La cueva a la luz de las linternas (no hay iluminación fija) crea un entorno digno de vivirse. Podemos imaginar a antiguos chamanes prehistóricos dibujando esos animales de gran naturalidad al tiempo que pedían por la buena caza y la reproducción abundante de las especies.
Los atractivos de la visita a la Cueva de Covalanas no acaban con la contemplación de las pinturas rupestres. Desde la entrada de la cueva se tienen grandes panorámicas sobre el valle. Pero me llamó la atención como destacaba una montaña hacia occidente. Es el pico San Vicente. Seguro que para la elección de la cueva como santuario ese pico no paso desapercibido para aquellos hombres prehistóricos, gentes que miraban el paisaje con otros ojos, que “leían” la naturaleza. La cima del monte San Vicente se encuentra a 2,7 kilómetros en hacia el oeste.
Siguiendo los preceptos de la arqueoastronomía, es muy posible que la puesta de sol en determinados días tras el pico San Vicente marcara el calendario de los ritos celebrados por los sacerdotes o chamanes que oficiaban en el santuario prehistórico de Covalanas. Ritos de fecundidad, propiciación de la caza, de iniciación. Ceremonias sagradas del clan que ocupó la Cueva del Mirón, que se encuentra en el mismo paredón que la cueva de Covalanas pero a menor altura.
- Continuación: CUEVA DEL MIRÓN
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