Distancia: 3,4 Km.
Desnivel máximo: 122 m.
Desnivel acumulado: 144 m.
Esta ruta lleva desde el pueblo de Espinal al menhir de Ohianondo, megalito que supera los tres metros de altura. Es un agradable paseo sin dificultad donde además atravesaremos un hermoso hayedo. De vuelta en el pueblo podremos ver también los miliarios romanos recientemente descubiertos (año 2.012) y que se relacionan con la calzada romana que pasaba por la antigua ciudad de Iturissa.
(Km. 0,00) Dejamos el coche en Espinal cerca de la iglesia. Empezamos a andar siguiendo el Camino de Santiago, que recorre la calle principal de la villa en dirección a Pamplona. Pasamos delante del consultorio médico del pueblo. Allí, en la sala de espera, están expuestos tres miliarios romanos. El consultorio suele estar abierto gran parte del día. También están expuestos algunos restos arqueológicos obtenidos de excavaciones antiguas de dólmenes de la zona.
(Km. 0,210) Tras ver estos restos que señalizaban la antigua calzada romana que recorría estos valles, continuamos por la calle principal. Cuando el Camino de Santiago se desvía a la izquierda nosotros tomaremos la calle de la derecha.
(Km. 0,370) Recorremos esta calle hasta su final. Acaba en otra calle que cruza perpendicularmente, junto a una casa rural. Seguimos a la izquierda.
(Km. 0,425) Sólo cincuenta metros más adelante nos desviamos a la derecha por una pista de tierra que asciende.
Avanzamos entre prados donde no habitual ver vacas y caballos. Tenemos unas buenas vistas. A la izquierda, hacia el oeste destaca el monte Adi.
(Km. 1,260) Llegamos al final de la pista. Al fondo destaca el Menditxuri. La pista acaba en dos prados separados por un vallado. Hay que seguir por el prado de la izquierda. Cruzamos el vallado por un paso y continuamos junto a la alambrada, que dejaremos ahora a nuestra derecha.
(Km. 1,580) Este prado está limitado al norte por un hayedo. En este hayedo está el menhir. Seguimos el vallado que gira hacia la izquierda, y cuando estamos en la parte más septentrional del prado tenemos que cruzar la valla. Aquí lo haremos con cuidado para no lastimarnos con las púas de la alambrada.
(Km. 1,615) Subimos unos metros entre el hayedo. Ganamos la parte más alta de esta pequeña elevación. El menhir se encuentra a tan sólo una veintena de metros del vallado que limita el prado. Allí hay que buscar un gran haya de casi tres metros de perímetro de tronco. El haya se encuentra en el medio del alto. A la sombra del gran haya, está el menhir de Ohianondo. El menhir y el gran haya forman un escenario que hace imaginar a druidas de luenga barba oficiando antiguos ritos en este umbroso bosque. Sólo falta un poco de muérdago para completar el embrujo. El haya parece levantar sus ramas, a modo de brazos invocantes de dioses antiguos.
El menhir fue descubierto en el año 2.005 por Juan Mari Txoperena, incansable buscador de megalitos, que muy acertadamente se dio cuenta de que la existencia de este gran bloque solitario en medio del hayedo sólo podía ser debido al traslado por los antiguos pobladores del valle desde las laderas del Menditxuri, que se encuentra a más de un kilómetro de distancia. Txoperena también descubrió los miliarios expuestos en el Espinal.
En el valle no estuvo el galo Obélix, pero sí que hubo pobladores prehistóricos que tuvieron esa atracción por la piedra, elemento que estuvo en sus manifestaciones espirituales. Hoy, la dureza y perdurabilidad de estos monumentos megalíticos son un eco que nos llega desde el pasado.
El menhir de Ohianondo está tumbado. En parte está cubierto por la alfombra de hojas caídas de las hayas cercanas. Mide 3,3 metros de largo con una anchura máxima de 90 cm. Las coordenadas del menhir son: UTM. ED-50, X: 633 098, Y: 4 761 319
Para no volver por el mismo camino seguimos el cordal hacia la derecha. Atravesamos un bonito y sombrío hayedo cuyas hojas y ramas cubren nuestras cabezas.
(Km. 2,370) Primero avanzamos campo a través, pero pronto damos con un sendero bastante ancho que se abre paso entre el hayedo y sigue el cordal en dirección sureste. El hayedo se abre un poco y el camino empieza a bajar. El sendero acaba en una pista asfaltada. Es el Camino de Santiago.
(Km. 3,424) Seguimos el Camino de Santiago, hacia la derecha. Sin pérdida volvemos a Espinal. A la entrada del pueblo hay una fuente. Si no hemos visto antes los miliarios es el momento de acercarnos a verlos. También son interesantes la iglesia y el museo de estelas al aire libre que se encuentra a la salida del pueblo en dirección a Roncesvalles.
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com
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