Abrigo El Mirador |
Las pinturas rupestres de
Valonsadero son un conjunto excepcional dentro del patrimonio
prehistórico peninsular. Esta muestra de arte de hace miles de años la componen un completísimo conjunto de
figuras de muy variada tipología donde es impresionante la
abundancia de la figura humana, animal y de otros motivos simbólicos (soliformes,
ramiformes, puntos, zig-zags, etc).
Hoy se nos escapa la utilidad que tenían estas
pinturas para los que las ejecutaron en estos abrigos del monte
Valonsadero. La interpretación más seguida es la que da a estas
pinturas una finalidad simbólica y sagrada. Estos abrigos
estarían vinculados a rituales de fecundidad o destinados a atraer
el favor de los dioses. Posiblemente también formarían parte de la
marcación territorial de las comunidades que utilizaban estas
tierras y pastos. Es un arte vinculado a los pastores y ganaderos del
III y II milenio a.C. que plasman en la roca imágenes de sus modos
de vida, la naturaleza que los rodeaba y sus creencias.
Aves del Peñón del Camino de Pedrajas |
Aimales y humanos con un símbolo solar en El Mirador |
Quizá los artistas fueron chamanes o
sacerdotisas. Pintaron con sus dedos principalmente las inquietudes
que movían a sus comunidades. Por ejemplo es clave el protagonismo
del ganado en muchas de las representaciones. Y es que la ganadería
sería fundamental en su subsistencia.
Probablemente los rituales que aquí se celebraron
tendrían que ver con atraer el favor de los dioses. Se buscaba la ayuda de los
dioses en todo lo que podía preocupar al hombre que habitó
Valonsadero: ayuda a la protección del ganado y su multiplicación; propiciar la fertilidad tanto de la tierra, del ganado y
de las personas. Esto suponía riqueza, salud y tranquilidad para la
comunidad. También se han relacionado algunos de los paneles con el
culto a los muertos y a los antepasados.
¿A qué dios rezaban? Es posible que rindieron culto al sol. El sol
está representado en varios de los paneles, generalmente con un protagonismo superior al de los demás motivos. Nadie duda de la
importancia del culto al sol en las sociedades prehistóricas de muchas partes del mundo. Es lógico al pensar en la
importancia del astro rey en el ciclo de la vida y de las
estaciones, máxime teniendo en cuenta que estamos hablando de
sociedades agrarias y ganaderas.
Antropomorfo asociado a un símbolo solar |
Por todo esto cuando recorremos Valonsadero al ver las extrañas
formaciones rocosas que se levantan de manera casi escultórica sobre
la llanura es fácil darse cuenta de que estamos en un gran templo
prehistórico donde se trata de preservar el ciclo de la vida, el ciclo de
la naturaleza. Es como si esos peñones fueran los altares, los árboles las columnas y el cielo la bóveda del templo.
Abrigos de Los Peñascales |
Seguramente Valonsadero, un paraje especialmente marcado por estos hitos
sagrados que suponen los abrigos con pinturas rupestres, fue un lugar
de encuentro de clanes, un lugar donde se realizaron ritos
iniciáticos, de fertilidad, donde se trataron pactos entre
diferentes tribus, donde se intercambiaron hombres y mujeres entre
clanes evitando así la consanguinidad. Quién sabe qué brujos, chamanes, sacerdotisas o
líderes, protagonizaron los rituales en estos prados, a la sombra de
las sugerentes peñas. Quizás una de ellas fue la mujer que en uno de los abrigos de Los Peñascales parece presidir una danza iniciática de una docena de jóvenes.
No muy lejos, sobre el horizonte, se levanta el
pico Frentes sobre la meseta. Es como el guardián del templo. Es un gigante que desde la distancia vigila las praderas y peñascos
de Valonsadero. Sin duda el pico Frentes llamaría la atención a los
que crearon con sus pinturas este lugar tan especial. Puede ser
incluso que en la elección del monte Valonsadero como sitio sagrado
tuviera algo que ver el perfil tan característico del pico Frentes.
De hecho, cerca del Pico Frentes, a un par de kilómetros del monte,
hacia el suroeste y cerca de Fuentetoba, hay más manifestaciones de arte rupestre
esquemático (La Peña de los Plantíos, La Cerrada de la Dehesa y Los
Callejones).
Pico Frentes desde Valonsadero |
Es curioso que todavía hoy en el monte Valonsadero se realicen festejos en las fiestas de San Juan o en las de la
Madre de Dios de Soria. Es como si en el lugar perviviera ese pulso
místico que llevara a celebrar actos comunitarios de contenido
simbólico y religioso todavía en el siglo XXI. Y es que el monte
Valonsadero es un “Lugar de Poder”, un lugar que el hombre
prehistórico ya sintió como especial para comunicarse con sus
dioses.
Con la noche vendrá el silencio al monte Valonsadero. Quizás
entonces las representaciones rupestres de Valonsadero cobren vida.
Quizás las danzantes bailen, los hombres demuestren su fuerza, el ganado se mueva perezoso, las aves
vuelen, las representaciones solares irradien calor y las espirales
giren. A mí, después de visitar Valonsadero no me queda ninguna
duda de que estas rocas tienen vida. Es la vida eterna del espíritu
de aquellos que las pintaron con una intención de trascendencia y de
comunicación con sus dioses.
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Bibliografía:
Gómez- Barrera J.A."Valonsadero
Pinturas Rupestres". Junta de Castilla y León (1999).
Esquemáticas.
Esquemáticas.
Gómez- Barrera J.A. "Pinturas rupestres de Valonsadero y su
entorno" Caja Rural de Soria, 2001.
Mº Esther Gómez Sanz “Pinturas rupestres de Valonsadero” 2010
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