La bodega romana de Funes se encuentra junto al río Ebro, vía de civilización desde los tiempos más remotos. Cientos de yacimientos arqueológicos nos muestran como la cuenca hidrográfica más extensa de la Península fue densamente poblada desde hace miles de años.
Son tierras excelentes para el cultivo de la trilogía mediterránea (trigo, vid y olivo). La bodega romana de Funes es un ejemplo de cómo en los primeros siglos de nuestra era los romanos supieron aprovechar esta riqueza agrícola con criterios industriales.
El vino era un elemento fundamental en la dieta. Los caldos hispanos tenían fama en Italia, donde eran exportados. Plinio el Viejo llegó a alabar las propiedades de los vinos de Hispania. Del proceso de elaboración del vino han quedado huellas en otras villas excavadas en Navarra, como Arellano, Liédena o Falces.
La bodega de Funes también debió pertenecer a una villa romana, pero el número y capacidad de sus cuatro lagares podría indicar que nos encontramos ante la mayor instalación romana dedicada a la elaboración del vino en Navarra.
El yacimiento fue descubierto por Uranga y Maluquer de Motes y excavado por Jorge de Navascués en 1959. Cuando se descubrió era la bodega romana más importante de España.
En la visita al yacimiento podemos observar cuatro lagares y junto a ellos los trujales, plataformas para el prensado de la uva. Los lagares se construían excavando el terreno y aplicando una capa de mortero mediante encofrado. Se impermeabilizaban con ladrillo picado, piedra picada y argamasa. En algunos de los lagares todavía se pueden apreciar las marcas de tablones del encofrado.
La bodega de Funes no sólo es el yacimiento donde se han encontrado mayor número de lagares, sino que la construcción de los mismos es más cuidada. El más grande mide 5,80 m. de largo, 2,00 m. de ancho y 1,45 m. de profundidad. Al fondo de los lagares se observa el baquetón o bocel, resalte con forma de cuarto de cilindro cuya función era la de facilitar la limpieza de los depósitos.
Es posible que esta villa fuera un establecimiento dedicado exclusivamente a la elaboración de vino, no sólo para consumo propio, sino para su comercio.
Entre los materiales encontrados destacan dos monedas de oro, una de tiempos de Domiciano (siglo I d.C.) y otra de Adriano (siglo II d.C.), que ayudan a datar el yacimiento. Además aparecieron numerosos fragmentos de dolia, los recipientes donde se almacenaba el vino.
Hoy, como entonces, el vino es uno de los productos más apreciados de la Comunidad Foral. A lo largo de su geografía podemos ver decenas de bodegas que elaboran excelentes caldos para nuestras mesas. La bodega romana de Funes es la muestra de una tradición milenaria y mantenida hasta el presente.
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com
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