Calahorra, guía arqueológica
22 de junio de 2010
CASTRO DE LA PEÑA DE NAPAL (ROMANZADO)
Tipo de ruta: Ida y vuelta
Distancia: 1,250 Km.
Desnivel máximo: 31 m.
Desnivel acumulado: 65 m.
Ver Castro de la Peña de Napal en un mapa más grande
En esta ocasión nos acercamos a conocer el castro de la Peña de Napal. A pocos metros al Suroeste del caserío, llama poderosamente la atención el afloramiento calizo que corona el cerro. Javier Armendariz, uno de los más cualificados expertos en la historia del primer milenio a. C., identificó un poblado de la Edad del Hierro en la vertiente norte del escarpe. Pero me atrevo a interpretar que este lugar fue también un santuario o lugar sagrado en este periodo histórico o incluso en épocas anteriores. Varios detalles me llevan a ello: entre ellos su ubicación y orientación.
Es cierto que su situación en un cerro en altura es la típica de los poblados del Hierro, pero alrededor se sitúan altos con mejor dominio del entorno y mejores tierras de labranza alrededor. Además la ubicación del caserío en la parte Norte lo expone a los vientos fríos. Pero lo que más me llama la atención es el afloramiento calizo, de más de un centenar de metros, con una orientación Este-Oeste casi perfecta.
(Km. 0,000) Dejamos el coche al comienzo del caserío. A la izquierda, hacia el Suroeste, a tan sólo doscientos metros se encuentra el castro de Napal.
(Km. 0,250) No tardamos mucho en superar el desnivel que lleva junto al escarpe. Primeramente lo vamos a rodear por la izquierda. Llama la atención la verticalidad de las paredes. La orientación Este-Oeste del escarpe rocoso es casi perfecta en sus más de cien metros de longitud. El sol ha sido objeto de culto por las sociedades prehistóricas. Fuente de vida y calor, promotor de riqueza agrícola, su periplo por el cielo se ha creído paseo de un dios poderoso digno de veneración desde los tiempos más remotos por comunidades de todos los continentes. El cerro de la Peña de Napal no pudo pasar desapercibido por estas gentes, pues aquí la piedra sigue el transcurrir del sol en el cielo, marcando además los puntos de salida y puesta del sol en el solsticio de verano, el día más largo del año. Cerca los pobladores prehistóricos de estas tierras levantaron dólmenes y menhires. Esa importancia de la piedra, con valor simbólico de eternidad, se ve multiplicada en el cerro de La Peña por su orientación siguiendo al astro rey. Es más, hacia el Oeste, La Peña de Napal señala a la Peña de Izaga, que es el monte más prominente en esa dirección destacando puntiagudo sobre el horizonte.
(Km. 0,550) Tras ver la cara Sur del saliente calizo pasamos a ver la parte Norte. Ascendemos los metros finales para situarnos junto a la roca. Más o menos a la mitad del escarpe, un poco desplazado hacia la derecha (Oeste) vemos un curioso agujero que atraviesa la piedra de lado a lado a metro y medio de altura sobre el suelo. Llegamos a ver a través la sierra de Leyre. El día que visité el poblado prehistórico apenas corría aire, pero acercando la cabeza al hueco el viento se llegaba a oir. En días de más viento seguro que es posible sentir el ulular del aire. Viento y roca en comunión creando sonidos ininteligibles para los humanos. ¿Para todos?. Sabido es de chamanes y brujos que, en culturas antiguas, creían predecir el futuro mediante augurios que percibían a partir de fenómenos naturales. A sólo unos metros a la izquierda una roca sobresale un metro del suelo. Puede ser simplemente que haya caído del paredón calizo. O quizás complete la posible función ritual del agujero que traspasa la pared de piedra.
Si desde aquí miramos hacia el Norte también llama la atención otro afloramiento calizo, más pequeño, que sobresale entre el arbolado, al otro lado del pueblo de Napal. Otro elemento más del paisaje que completa el escenario un tanto misterioso de este lugar que es el Cerro de La Peña.
(Km. 0,650) Continuamos recorriendo el afloramiento calizo hasta su extremo más oriental. Allí apreciamos dos agujeros cuadrangulares excavados en la roca. A su derecha, tapados por la vegetación hay otros dos. Armendariz los ha interpretado como pechinales o agujeros de refuerzo para encastrar la muralla defensiva del poblado con la roca. Creo una muralla de esta potencia (véase la distancia del primer al cuarto agujero que nos indicaría el ancho de la posible muralla) habría dejado un espectacular derrumbe de piedras. Además, en la revisión que hice del extremo Este, no localicé ningún otro agujero de este tipo. Creo que estos agujeros podrían tener una función distinta, posiblemente relacionada con el uso del santuario, que hoy se nos escapa. Hay que recordar el uso de “cazoletas” excavadas en la piedra en otros santuarios prehistóricos, si bien estas suelen ser circulares y se encuentran en lo alto de rocas. Aquí, quizás debido a lo complicado de acceder a la parte superior del afloramiento rocoso, se realizaron en su lateral.
(Km. 0,750) Desde los agujeros, bajamos en dirección Suroeste. A cincuenta metros pasamos por una zona allanada. Es una aterrazamiento artificial, lugar donde se debieron ubicar las casas del poblado de la Edad del Hierro. Se encuentra a solo cuarenta metros del curioso agujero que atraviesa el escarpe. Un poco al sur de esta explanada vemos, entre la maleza, restos del derrumbe de la muralla, que podemos seguir unos metros hacia el extremo occidental de la peña. Antes de volver al punto de inicio podemos fijarnos en otro detalle, este bastante más arriesgado de defender pero que conviene mencionar. Si miramos detenidamente desde cierta distancia la parte Este del saliente calizo se aprecia como la roca recorta una cara que mira hacia la salida del sol (ver foto). Puede ser una impresión subjetiva, por lo que agradecería que me comentarais que os parece si visitais el lugar.
(Km. 1,250) Sólo queda volver hacia el coche. Al atardecer la impresión de estar en un lugar especial se acrecienta con el sol dirigiéndose hacia la Peña de Izaga que marca el horizonte.
Como resumen, estas son las características del Cerro de La Peña de Napal por las que creo que es un santuario prehistórico:
- Destaca visualmente sobre el entorno por la rareza de su afloramiento calizo.
- Este resalte rocoso está orientado en sentido Este-Oeste, siguiendo el itinerario del sol en el cielo.
- Hacia el Oeste, el escarpe señala hacia la Peña de Izaga, que destaca sobre el horizonte.
- Un agujero perfora la roca con un posible sentido ritual.
- Cuatro agujeros totalmente artificiales se encuentran en la parte Este de la Peña. También pudieron tener una función ritual.
- Cercanía de monumentos megalíticos.
- Posible forma de cara en la parte Este del afloramiento rocoso.
Tanto si os ha gustado, o no, la ruta, os agradecería que me dierais vuestra opinión. Ya sabéis, todo sea por mejorar.
Tracks y waypoints de la ruta en este link.
Si buscas más rutas por Navarra, prueba a visitar mi blog de senderismo y montaña:
http://senderismonavarra.blogspot.com
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Hay que ser prudente. En cualquier caso es interesante comparar tus comentarios sobre posibles prácticas adivinatorias con los de la Historia Augusta: "...ut et Vascones Hispanorum et Panoniorum augures vicerit."
ResponderEliminarEstuve este fin de semana, al principio un poco decepcionados porque pensabamos que no iban a ver muchas vias, pero al acercarte ves que hay un montón, y una buena roca. Aveces da la impresión que te agarres a una y se pueda desprender, pero en general, muy buena escalada.
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