Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 12,6
Desnivel máximo: 432 m.
Desnivel acumulado: 646 m.
La torre romana de Urkulu y la estación megalítica de Azpegi hacen de esta ruta una de las de más riqueza arqueológica de las que he realizado. Además de visitar el monumento romano más original de Navarra, también veremos uno de los mejores conjuntos de crómlechs del Pirineo además de varios dólmenes.
Remataremos la ruta con grandes panorámicas del Pirineo y con la visita a una gran cueva que se encuentra en la vertiente francesa del monte Urkulu.
También hay que recordar que Urkulu es cima de primera categoría en Navarra y por tanto incluida en el concurso de los 100 montes.
La ruta comienza junto al refugio que se encuentra a un par de kilómetros de la fábrica de armas de Orbaizeta. Para llegar aquí tomamos la estrecha carretera asfaltada que sale junto a la antigua iglesia.
(Km. 0,00) Junto al refugio vemos el panel informativo sobre la estación megalítica de Azpegi. Comenzamos a andar por la carretera asfaltada siguiendo las indicaciones de esta ruta arqueológica.
(Km. 0,137) A poco más de un centenar de metros nos salimos de la carretera por la izquierda, siguiendo el sendero de la estación megalítica que en su inicio está señalizado por un poste indicativo.
(Km. 0,300) Salimos a los pastos de Azpegi. Llegamos al primer dolmen. Está en bastante mal estado. Sólo quedas dos piedras identificables como dolmen gracias al mojón que lo indica.
(Km. 0,343) A menos de 50 metros se encuentra el segundo dolmen. Este está mejor conservado. Conserva un gran túmulo y varias de las grandes piedras que formaban la cámara del monumento prehistórico.
(Km. 0,660) Desde el segundo dolmen volvemos de nuevo hacia la carretera atravesando los prados. Subimos por la carretera, hacia la izquierda. Dejamos a la izquierda unos postes indicativos de diferentes senderos y seguimos subiendo por la carretera asfaltada.
(Km. 960) Cuando pasamos junto a un abrevadero, donde la pista asfaltada tuerce a la derecha y empieza a bajar, justo a la derecha de la carretera está uno de los mejores conjuntos de crómlechs de Pirineo y el mejor que conozco en Navarra. El más cercano a la carretera es un crómlechs de unos 10 metros de diámetro (el más grande del conjunto), con un túmulo en medio. Sus testigos no son muy altos. Al lado hay más de una docena de crómlechs, media docena de ellos en excelente estado de conservación.
En la pequeña elevación que está junto a los crómlechs se ha instalado una mesa de orientación a modo de mirador donde se explica la importancia de la estación megalítica de Azpegi.
(Km. 1.310) Seguimos por la parre alta de la loma donde se sitúa el mirador en dirección sureste. A menos de 300 metros encontramos otros dos dólmenes señalados con mojones.
Volvemos donde los crómlechs. Desde aquí, cruzamos la carretera y avanzamos en dirección este sin perder altura por el prado que hay detrás del abrevadero, siguiendo un sendero que se dirige hacia la montaña. La referencia hacia la que nos tenemos que dirigir es la masa blanca rocosa de la cumbre.
El sendero pronto desaparece. Seguimos ascendiendo entre los prados.
(Km. 2.200) Pasamos junto a un curioso mirador. Es una roca que está en medio de la cuesta y coronada por una cruz. Se ha acondicionado un asiento en la piedra. Es buena idea hacer aquí un primer descanso mientras disfrutamos de las vistas de los prados de Azpegi y de las cumbres cercanas, entre las que destaca Errozate, ya en Francia.
(Km. 2,6) Superamos el primer repecho. A la derecha vemos dos cimas que parecen gemelas. Urkulu es la de la izquierda. Hacia allí nos dirigimos.
(Km. 3,260) Llegamos junto al lapiaz rocoso de la cumbre. Superamos sin dificultad el escalón rocoso y ya vemos la Torre de Urkulu.
(Km. 3,650) Llegamos a la torre romana de Urkulu. Es el resto romano más importante de Navarra. Una torre-trofeo, de tipología única en la Península Ibérica. El paisaje atormentado de rocas que la rodea hace aun más especial este lugar. Más información sobre esta joya de la arqueología en:
TORRE DE URKULU.
(Km. 3,760) Tras disfrutar de esta joya arqueológica y de las excelentes vistas que se disfrutan desde aquí nos acercamos a la verdadera cima de Urkulu, que se encuentra a menos de 100 metros al noreste de la torre y que está señalada por un montón de piedras.
Desde la cumbre vamos a hacer un desvío para visitar la Cueva de Urkulu, que se encuentra al norte, en la parte francesa de la montaña. Desde la cima vemos uno de los mojones que indican la línea fronteriza. Nos dirigimos hacia allí.
Descendemos en dirección norte. Poco más adelante vemos unas bordas y más cerca una pista. Hacia allí nos dirigimos.
(Km. 4,420) Llegamos a la pista y la seguimos hacia las bordas. La pista va rodeando una gran dolina (sumidero kárstico) que vamos dejando a la derecha.
(Km. 5,250) Desde las bordas, donde la pista de grava se convierte en pista de asfalto, podemos hacer un pequeño desvío para coronar la cumbre de tercera de Urkulugibela. Para ello salimos de la pista por la izquierda tras pasar las cabañas y avanzamos entre el lapiaz rocoso hasta lo más alto de esta cima, que se encuentra marcada con un hito de piedras.
(Km. 5,530) Desde Urkulugibela volvemos a la pista asfaltada. Continuamos descendiendo por la misma.
(Km. 5,890) Llegamos a un punto donde la pista asfaltada hace un zig-zag para seguir bajando. En la primera curva de este zig-zag que gira 180º a la izquierda, nos salimos por la derecha por un sendero poco marcado que avanza entre unos árboles. Salimos del bosquete a unos prados que bajan hacia la izquierda. Bajamos nosotros hacia la izquierda. En seguida vemos un anfiteatro natural de roca. Allí está la cueva.
(Km. 6,170) Llegamos a la cueva de Urkulu. Tiene una gran boca, de 7x5 metros. En algún punto el techo de la gruta alcanza los 10 metros de altura. Podemos internarnos en ella con cuidado, ya que su recorrido desciende fuertemente de manera escalonada buscando las profundidades de la tiera. Grandes bloques de piedra dan a la cavidad un aspecto un tanto amenazador. Se puede recorrer bastante cueva sin medios técnicos, únicamente con una buena linterna y un poco de osadía.
Una vez fuera de la cueva seguimos bajando hacia la izquierda, en dirección norte. Enseguida vemos una cabaña. Bajamos hacia ella.
(Km. 6,500) Llegamos a la pista asfaltada que pasa junto a la borda.
(Km. 9,270) Avanzamos algo más de dos kilómetros por esta pista con buenas panorámicas sobre el valle. El Camino de Santiago transcurre al otro lado del valle. A la izquierda, en lo alto del monte volvemos a ver la Torre de Urkulu. Salimos de la pista asfaltada y llegamos al collado. Aquí hay una de las mugas de la frontera y un poste indicativo. Seguimos en dirección a: “Azpegi: 2,7 Km.”
Cruzamos el collado e iniciamos el descenso por un carretil ancho.
(Km. 10,400) Llegamos a otro collado, el de Soroluze. A pocos metros a la derecha del carretil vemos otro dolmen, el dolmen de Soroluze, el mejor conservado de la ruta, que conserva la cubierta. Desde aquí tenemos una excelente panorámica pirenaica, destacando el Ori.
A 50 metros al sur del dolmen, junto a un solitario árbol que corona la loma, vemos dos crómlechs de testigos no muy visibles.
(Km. 10,560) Continuamos desde los crómlechs hacia el sur, siguiendo la loma. A menos de 100 metros están los restos de un fuerte de las guerras carlistas (siglo XIX). Se pueden apreciar las trincheras. El fuerte controlaba este paso que tenía gran importancia estratégica como defensa de la fábrica de armas de Orbaizeta.
(Km. 10,8) Volvemos al dolmen de Soroluze. Bajamos desde el collado. Abandonamos enseguida el carretil por la derecha siguiendo unos postes del sendero de gran recorrido GR-12.
El camino baja junto a una vaguada y a un bosquete de hayas.
(Km. 11,4) Nos internamos en el hayedo y seguimos bajando.
(Km, 11,9) Salimos del hayedo. A la derecha, muy cerca vemos una curiosa piedra que se alza en la loma y que está coronada por una Virgen. Desde ella tenemos una estupenda vista final del los prados de Azpegi, que hoy, como hace 4.000 años, siguen dedicándose al pastoreo.
Podemos imaginar que esta roca, hoy coronada por la Virgen, no pasaría desapercibida para los prehistóricos habitantes de este valle. Lo más probable es que para gentes que hacían en piedra sus monumentos más sagrados, esta roca hoy coronada con la imagen de María, sería como un menhir natural. En ese caso estaríamos una vez más ante un caso de cristianización de lugares de culto paganos.
(Km. 12,6) Desde la roca de la Virgen sólo queda bajar a los prados y, tras pasar de nuevo por los dos primeros dólmenes que vimos en la ruta, llegar al aparcamiento.
Mi agradecimiento al amigo Gixon, que me facilito el waypoint de la cueva y así pude encontrarla.
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