19 de abril de 2020

CASTRO MURU. Turrillas, Izagaondoa

El castro de Muru es el más interesante de Izagaondoa. Se encuentra junto a Turrillas, uno de los pequeños pueblos que se ubican a la sombra de uno de los montes más emblemáticos de Navarra, la Peña de Izaga, montaña que da nombre al valle. 



El castro de Muru es un castro de mediano tamaño. Alcanza casi las 2 hectáreas de extensión (18000 metros) . 
Este poblado fortificado de la Edad del Hierro se encuentra ubicado en un espolón de monte, con gran parte de su perímetro defendido de manera natural por laderas escarpadas. 


Castro Muru con la señalización de estructuras y ruta de entrada original

El acceso, más sencillo es por su flanco sureste. Esta parte estaba especialmente protegida mediante una gran muralla. Es una de las muestras más impresionantes de los sistemas defensivos de los castros de Navarra. 


Muralla del castro de Muru

La entrada al interior del recinto fortificado se encontraba en el extremo norte. Todavía se conserva lo que debió ser la rampa de acceso. Aquí se llegaba rodeando el castro por su flanco oeste y norte.

La zona habitacional del castro estaba dividida en dos recintos. Puede ser que tuvieran diferente uso, siendo habitualmente al superior el dedicado a las viviendas y el inferior actividades agropecuarias. Este recinto secundario quizás fue usado como redil del ganado. Estos recintos estaban separados pon un muro o muralla interior del que todavía quedan restos visibles. Como suele ser habitual en los castros de la Edad del Hierro, el dominio visual del entorno era importante. 

Recinto secundario. A la izquierda muralla de separación con el recinto principal o superior


Desde el castro de Muru se controlaba el corredor que comunica el valle de Izagaondoa con la cuenca de Lumbier. 

Panorámica del valle de Izagaondoa desde el castro de Muru


Para visitar el castro se puede dejar el coche en Turrillas o en su cementerio que está un poco apartado del pueblo. Desde el cementerio se tiene una excelente vista del cerro donde se levanta el castro. Una pista nos lleva hasta lo alto del espolón de monte y la zona donde en su día debió de existir un foso del que hoy prácticamente no queda huella tras haber sido colmatado. Sólo se aprecia una pequeña depresión en el terreno. 


Lo más impresionante  de la visita al castro de Muru es, sin duda, la muralla. Todavía conserva varios metros anchura y decenas de metros de recorrido, aunque en su parte noreste a sido desmontada por los trabajos agrícolas. 
También podemos apreciar los dos recintos del castro, el muro que los separaba. 

Rodeando el castro por su zona más meridional podemos seguir el recorrido que muy probablemente había que hacer para llegar a la entrada principal exponiendose los atacantes a la clara ventaja de los defensores.

Rampa de entrada al castro de Muru


En el siguiente enlace puedes descargarte el track que puedes seguir para visitar el castro. Están también los waypoints con los puntos más interesantes para la correcta interpretación de los elementos estructurales de este poblado fortificado que estuvo habitado hace más de 2000 años. También tienes el mapa con la ruta.


Ruta al castro de Muru desde el cementerio de Turrillas

Y si te interesa el mundo de los pueblos prerromanos seguramente te guste mi libro Pueblos guerreros de Navarra donde encontrarás información y rutas para visitar varias decenas de Castro de la Edad de Hierro.

Bibliografía:

Javier Armendáriz Martija: De aldeas a ciudades. El poblamiento durante el primer milenio a.C. en Navarra. Gobierno de Navarra, Departamento de Cultura y Turismo, Institución Príncipe de Viana, 2008. Trabajos de arqueología navarra. Monografías arqueológicas; 2.



© Julio Asunción

17 de abril de 2020

NUEVO MENHIR EN VILLATUERTA. Menhir Reobelza

En este post quiero dar noticia del descubrimiento de un interesantísimo menhir en la ladera oeste del monte Esquinza. Está en el término municipal de Villatuerta, a unos metros de la muga con el término municipal de Cirauqui.


 


El descubridor del menhir fue Pantxo Zuazu Pina. Mientras hacía una excursión en la zona el 29 de diciembre de 2019, quedó sorprendido por la rareza del monolito. Se puso en contacto conmigo para que lo  examinará. Comprobé que no estaba el catálogo de monumentos megalíticos de Navarra y el 30 de enero de 2020 me acerque a verlo. 

Es uno de los menhires más curiosos e interesantes de Navarra, ya que está artificialmente grabado con líneas diagonales más o menos paralelas. Esto lo singulariza de la mayoría de los menhires de Navarra.


Es raro encontrar en estos milenarios megalitos algún tipo de grabado. Entre los escasos monolitos de Navarra que muestran grabados podemos citar como ejemplos el menhir de oiangibela o la Piedra de Roldán, también tratados en este blog. Aunque, sin duda, el más importante es el menhir de Soalar, en el que se representó esquemáticamente un guerrero.



No sabemos cuál era el significado o la finalidad de estos grabados lineales.  ¿Pueden tener que ver con algún tipo de calendario o contabilidad relacionada con el ciclo estacional anual, cuyo conocimiento era tan importante en estas sociedades agropecuarias? ¿Puede que tengan una finalidad ritual o simbólica que hoy se nos escapa? Son incógnitas que, por el momento, quedan lejos de ser desvaladas.

He llamado a este monolito menhir Reobelza, debido a que así aparece denominado en la cartografía el paraje donde se encuentra. 

Está partido en dos, mide un total de 170 cm de longitud (114 cm la piedra más grande), 52 cm de anchura máxima y 13 cm de grosor. Se encuentra junto a un campo de cultivo. Está tumbado y, con toda probabilidad, desplazado de su lugar original. 

Hay que recordar que este no es el único monumento megalítico del monte Esquinza. Hay otros menhires catalogados en este monte, si bien el menhir Reobelza es el más interesante. En el mapa tienes la localización de menhir. También te facilito las coordenadas por si quieres acercarte a verlo. Aunque se encuentra en el término municipal de Villatuerta, la ruta más fácil para llegar a este monumento megalítico parte de Lorca.


Coordenadas GPS: 
42,64782ºN 1,92538ºW 
UTM 588089 4722266

Por supuesto, hay que tratar al menhir con el respeto y cuidado que merece todo nuestro patrimonio arqueológico. Estos monolitos son huellas que, a través de los siglos, nos han dejado los antiguos habitantes de estas tierras.

9 de abril de 2020

NUEVO MENHIR EN MENDIGORRIA

En este post quiero dar noticia del descubrimiento de un nuevo menhir o monolito que no me consta que esté registrado en el catálogo de monumentos megalíticos de Navarra. Lo encontré en marzo de 2020 cuando hacía una ruta a las Peñas de Gorriti y a la ermita de Santiago desde Mendigorría. El menhir se encuentra junto al camino que sube al Alto de las Canteras y a las Peñas de Gorriti. Coordenadas de localización: 42,63167ºN 1,81985ºW.





Tiene 272 cm de largo, 35 de ancho, y 30 de grosor.

Menhir de Mendigorría
Es muy probable que el menhir fuera más grande y que se hubiera partido, ya que a un par de metros del mismo se encuentra otra piedra que bien podría ser parte del menhir, ya que coincide el tipo de piedra y el grosor. Esta piedra mide 82 cm. de largo, lo que haría que el menhir superara los 3 metros de largo.

Parte del menhir que se encuentra separada de la piedra principal

Desde el paraje donde se encuentra el monolito se llega a ver Mendigorría. 

Menhir. Al fondo Mendigorría

En la cara superior del menhir se pueden apreciar algunas líneas que pueden hacer sido grabadas artificialmente. De ser así este monolito pasaría a integrar la corta nómina de menhires grabados encontrados en Navarra, grupo en el cual es emblemático el menhir de Soalar en el cual, de manera muy esquemática, se representó un guerrero. Otro ejemplo lo tenemos en el menhir de oiangibela  del cual ya traté en este blog. 
Paraje donde se encuentra el menhir. A la derecha y al fondo Mendigorría

El menhir parece claramente desplazado de su lugar original, seguramente debido a las labores agrícolas de los campos del entorno. 
Como he comentado en las líneas anteriores no me consta que esté menhir esté catalogado ni haya ninguna referencia anterior al mismo, pero si tienes alguna noticia al respecto, te agradecería que la dejarás en los comentarios. 
Y si te interesa la arqueología y el megalitismo, puedes bucear en las páginas de este blog donde encontrarás muchos más yacimientos arqueológicos y rutas que te llevarán a conocerlos.


© Julio Asunción

7 de abril de 2020

CASTRO DE SANTA MARINA Ayesa



Las ruinas de la ermita de Santa Marina se encuentran a 700 metros de la localidad navarra de Ayesa, sobre un espolón de monte que se levanta sobre el pueblo. Al lugar se llega en unos 15 minutos caminando desde el pueblo, por una cómoda pista. Allí, sin esperarlo, cuando hacía una ruta para subir a la cima de Santa Ágata, encontré un castro que no me consta que esté catalogado.
Tras haber visitado casi 200 castros de la Edad del Hierro en Navarra y haber publicado el libro Pueblos guerreros de Navarra. Guía arqueológica de los castros vascones, celtíberos y berones de la Edad del Hierro, donde hago un repaso a algunos de los castros más importantes de Navarra, me son familiares los elementos que caracterizan estos poblados fortificados de hace más de 2.000 años. Es cierto que harían falta excavaciones o una prospección para confirmar de manera definitiva la antigüedad de este yacimiento arqueológico, pero creo que aquí se dan indicios más que suficientes para reconocer uno de estos poblados fortificados de la Edad del Hierro.
Localización del castro de Santa Marina. Coordenadas 42,57085º N 1,42491ºW

Las ruinas de la ermita dedicada a Santa Marina todavía se pueden ver en el lugar. Por eso creo que el nombre más adecuado para este castro es el de Castro de Santa Marina.
Ruinas de la ermita de Santa Marina en Ayesa

El poblado protohistórico aprovechaba perfectamente las posibilidades defensivas que otorgaba el espolón de monte donde se encuentra para facilitar la defensa de sus habitantes ante agresiones exteriores. Estaba protegido perfectamente de manera natural por los fuertes desniveles del terreno en los flancos este, oeste y sur.
En el flanco norte, el más accesible, donde el espolón donde se encuentra el castro se une al monte, se concentraron las principales defensas. Son la huella y el mejor indicio de la existencia en este lugar de un poblado fortificado de la Edad de Hierro.
Junto a la actual pista que pasa junto al poblado, por la que accedemos al mismo, podemos ver el foso que lo protegía. Se encontraba delante de la muralla. Esta ha quedado fosilizada en el terreno en el terraplén sobre el que se levanta las ruinas de la ermita. Con toda probabilidad, la misma ermita fue construida con sillares de la antigua muralla protohistórica que habría sido desmontada en los siglos posteriores.
Foso del castro de Santa Marina de Ayesa

También podemos ver muchos sillares de la antigua muralla que cerraba el acceso al castro en el interior del foso.
Sillares de la muralla del castro de Santa Marina

Es posible que el castro estuviera protegido por un doble foso. El segundo foso podría haber estado en lo que hoy es la pista que pasa delante del castro. Posteriormente este foso habría sido colmatado con la construcción de la pista. Esto sólo podría comprobarse mediante excavación arqueológica.
Pista que pasa junto al castro de Santa Marina. Quizás aquí hubo un segundo foso.

El interior del castro de Santa Marina puede recorrerse con alguna dificultad debido a la vegetación que lo cubre buena parte de su extensión. No obstante, podemos ver como la superficie de cerro fue aterrazada en, al menos, dos recintos. El primero sería el espacio abierto o pequeña pradera que se abre junto a las actuales ruinas de la ermita. Entre este primer recinto y el segundo, que se encuentra a una cota de altura algo más baja, se puede apreciar un terraplén y sillares, que podían ser de una segunda muralla, o más probablemente de un muro de contención de tierras para el aterrazamiento de las superficies de habitación para la mejor y más fácil ubicación de las viviendas.
Terraplén y sillares de separación entre los dos recintos del castro de Santa Marina

Un pequeño sendero se abre camino entre la vegetación y nos lleva hasta el borde del precipicio que defendía el castro por el sur.
Podemos ver como por este flanco el poblado protohistórico era absolutamente inexpugnable. También, desde el borde del precipicio, podemos observar la ubicación estratégica que tenía este castro. Controla perfectamente el Valle de Aibar y tiene una excelente comunicación visual con otros castros del valle, como por ejemplo el castro de Eusi, que se encuentra a la salida del valle en dirección a Tafalla, o el más cercano castro de Santa Criz, que posteriormente se convertiría en una de las ciudades romanas más importantes de Navarra, la antigua Nemanturisa. Seguramente Nemanturisa pasaría a ser en tiempos romanos el lugar donde se concentraría la población de los castros cercanos, incluyendo la del castro de Santa Marina de Ayesa.
Panorámica desde el castro de Santa Marina de Ayesa. Al fondo Eslava.

Otro dato parece confirmar la existencia en el lugar del castro de la Edad del Hierro. En la Enciclopedia de Navarra se menciona, según una descripción del año 1802, que aquí habría existido un castillo. Las ruinas que hoy podemos ver no se corresponden con las de un castillo medieval. Pudo ser que se reaprovecharan las estructuras defensivas en la Edad Media, como ocurre en otros castros de la Edad del Hierro. Igualmente, muchos castros de Navarra se llaman “El Castillo” o “El Castillar”, haciendo referencia a las estructuras fortificadas existentes que, erróneamente, eran identificadas como medievales o de “tiempos de moros”. En realidad eran murallas y estructuras defensivas de la Edad del Hierro.
Podemos visitar el castro sin dificultad. Veremos el foso, el terraplén de la muralla, las ruinas de la ermita medieval y unas excelentes panorámicas. Un buen plan para viajar al pasado en un cómodo y corto paseo desde Ayesa. Esta localidad tiene, en el castro de Ayesa, su patrimonio más antiguo.


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